Para empezar, debemos tener muy claro que el lenguaje es fundamental, ya que nos permite comunicarnos, transmitir todo tipo de información, conocimientos e incluso expresar nuestros sentimientos.
Podríamos desenvolvernos en la sociedad sin el lenguaje verbal, únicamente utilizando el lenguaje no verbal, es decir, mediante gestos, movimientos, nuestra forma de vestir o la mirada, pero sin desarrollar nuestras destrezas discursivas no llegaríamos a desarrollarnos completamente como humanos.
La escuela enseña la lengua de una forma teórica, memorizando muchos de los contenidos sin saber por qué ni para qué, pero sin olvidarse de las actividades para asegurarse si el niño lo ha comprendido, muchas de las cuales no alcanzan los objetivos.
Todo esto, no quiere decir que debamos utilizar únicamente la práctica en la escuela, sino que debe ser complementaria a la teoría, ya que considero que sin saber la teoría no podemos llevarlo a la práctica de forma correcta, así como sin la práctica no aprenderíamos a usarla, sino que contaríamos con unos conocimientos meramente teóricos.
Para enseñar la Lengua en la escuela de una forma correcta, un profesor de lengua debe dominar todos los campos de la Lengua, promover la lectura, tener conocimientos de cultura general; pero sobre todo debe ser un profesor dinámico, creativo, original, que derroche empatía, y por supuesto que sepa expresarse y emocionar a sus alumnos.
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